Ante la imposibilidad de levantar el embargo del hincha fiel, al Cúcuta Deportivo no le queda otra opción que someterse a la ley 1116 ó ley de insolvencia empresarial, así lo manifestó uno de los abogados del la institución motilona, el doctor Luis Aparicio.
En una entrevista muy didáctica con los dueños del balón de RCN, el abogado del Cúcuta Deportivo dijo que en los primeros días del mes de enero quedará constituida la nueva Sociedad Anónima y casi que de inmediato le será presentado a sus socios en asamblea general, el planteamiento de acogerse a la ley de insolvencia empresarial, el abogado está seguro que el 100% de los accionistas la votarán de forma positiva
Someterse a este ley podría ser la salvación, ya que las disposiciones de esta, están por encima de las demás disposiciones legales, eso quiere decir que la suspensión del reconocimiento deportivo sería levantada, los embargos se suspenderían y ningún acreedor podría exigir el pago de forma inmediata; por lo tanto, las cuentas del Cúcuta Deportivo quedarían libres para recibir dineros por concepto de patrocinios y derechos de televisión, de esa manera se aseguraría la participación en el 2012.
Una vez los socios del Cúcuta Deportivo aprueben entrar a la ley 1116, y esta solicitud sea aceptada por la Superintendencia de Sociedades, se nombrará un promotor que represente al Cúcuta Deportivo, el cual será el encargado de promover un acuerdo de reorganización de pasivos con todos los acreedores, el acuerdo quedaría en firme con el voto de la mitad mas uno de los acreedores. En caso contrario, se entraría en un proceso de liquidación judicial, y la naciente S.A se convertiría en moribunda; pero no se preocupen que muy seguramente los acreedores aceptarán un acuerdo de pago, por que en un proceso de liquidación saldrían perjudicados, ya que los activos del Cúcuta son casi nulos y no habría nada para vender y repartir entre los acreedores.
El abogado también dijo que las acciones que seguramente se pondrán en venta, son alrededor de unas 400 mil. Eso quiere decir que el 60% de las acciones quedará en manos de los actuales dueños y de esa manera se perpetuarán en el poder.
