El periodismo deportivo de Cúcuta, dice no tener responsabilidad alguna en la grave crisis económica y deportiva que vive la institución motilona, ellos no administran, no contratan, no dirigen y mucho menos entran a un terreno de juego a pelear por los tres puntos; concepto respetable, pero discutible.
Sin embargo, el periodismo que se ejerce a través de los medios de comunicación masivos, es formador de opinión y en muchos casos a servido como vehículo para derrocar gobiernos, no en vano se le llama "el cuarto poder". Lo anterior no significa que esté llamando a un derrocamiento, hago mención para resaltar la influencia del periodismo en la sociedad.
Hoy, cuando el Cúcuta Deportivo se encuentra al borde del abismo llamado descenso, e incluso con el riesgo de desaparecer del fútbol colombiano, me surge una pregunta, qué papel está jugando el periodismo deportivo de Cúcuta ?. Al parecer, a todos se les olvidó que el Cúcuta Deportivo ahora es una Sociedad Anónima, y que la función de los Directivos, no es la de invertir, ellos sólo deben ejecutar un presupuesto aprobado en asamblea de socios, y en el mejor de los casos buscar dineros nuevos a través de patrocinios, algo que en los actuales momentos resulta muy difícil por no decir que imposible.
Cuando el Cúcuta Deportivo era una corporación sin ánimo de lucro, los llamados aportantes que invertían en la institución no tenían perdida, ganaban con cara y con sello también, traían un jugador y si después lograban venderlo, entonces el dinero era para los inversionistas, pero en caso contrario le trasladaban las perdidas a la institución, es por eso que hoy la Sociedad Anónima le debe a varios de sus socios cerca de 8 mil millones de pesos.
La solución definitiva para la crisis del equipo motilón y que deberían tomar como bandera todos los periodistas, consiste en emprender una campaña para que los actuales dueños del equipo lo vendan a un grupo de empresarios conocedores del tema y por un precio razonable, podría ser el valor de los pasivos, unos 20 mil millones de pesos. Todas las demás soluciones que se plantean, como el cambió de nómina, la salida del técnico, la continuidad del mismo y hasta sugerir que los directivos inviertan, resultaría un paño de agua tibia y en algunos casos algo imposible por la nueva situación jurídica de la institución motilona y su ingreso a la ley de insolvencia económica.