De inmediato recordé la polémica que se desató a finales del año pasado por una deuda acumulada, cercana a los 4 mil millones de pesos por parte del Cúcuta deportivo a la administración municipal; para aquellos días el director de un radio periódico de la capital cucuteña se ensaño en contra de los directivos y de la institución rojinegra, recordando todos los días en su programa, la deuda que tenia el elenco motilón. Dolido en mi amor propio por ese sentimiento que llevamos los cucuteños por la institucion motilona, sali a defender lo indefendible, porque para nadie es un secreto que los directivos del Cúcuta se habian gastado lo que no se podían gastar, los impuestos que pagamos los hinchas cada vez que compramos una boleta para asistir al estadio, llamé al radio periódico y le expresé al aire al Señor Director de dicho programa, que si lo que pretendía era colaborarle a la administración municipal a recaudar los impuestos, pues que averiguara que otras empresas o instituciones estaban en la misma situación y las denunciara, y no se ensañara únicamente con el Cúcuta deportivo, esa llamada contribuyó para que al menos en ese programa bajara la presión por la deuda del Cúcuta a la administración municipal.
Empezando el 2010, el máximo accionista del Cúcuta nos sorprendió, se puede decir que nos dio el año nuevo, la boleta tendría un aumento del 20%, seria el valor que tendríamos que pagar los aficionados por concepto de impuestos, y como siempre, la nobleza de los que amamos esta causa rojinegra no manifestamos ningún reparo para aceptar dicha determinación.
Hoy creo tener la autoridad legal para preguntarle a los directivos ¿a que están jugando? somos 20 mil hinchas que cada vez que compramos una boleta, estamos pagando el impuesto por asistir a un espectáculo publico, Señores Directivos no jueguen a la crisis en la institución, lo lógico es que acaten la ley, y entreguen los dineros que nosotros los aficionados hemos confiado en ustedes, a las instituciones que les corresponda, porque de lo contrario llegará el día en que la deuda se hará impagable, y tal vez los hinchas ya no estemos ahí, que sin ser dueños del equipo, somos el mayor activo que tiene la institución.